¿Se deben prohibir?
No, los niños deben hacer cosas de niños (sobre todo si sus amiguitos las comen). Aunque resulte paradójico, pueden ser una buena excusa para “reforzarle” buenos hábitos sobre los que poder realizar excepciones. Incluso pueden ser útiles para incentivar el autocontrol del niño. Es mejor el “por haberte portado bien, este fin de semana puedes tomar dos chicles sin azúcar”, que el “si no lloras en el médico te doy un chupa-chups”: en este caso el niño hará mal las cosas para que el padre “venga a negociar”. Es preferible que los “refuerzos positivos” sean indirectos y por acciones ya pasadas.
Hay que dejar claro que bien las golosinas como las chucherías en exceso son perjudiciales, pero no podemos prohibir que los niños hagan cosas de niños. Pueden seguir tomando chucherías sin problemas, lo importante es que tanto los niños, como los mayores, sean capaces de controlar la cantidad de golosinas que ingieres.
Muchos psicólogos afirman que en vez de ver las golosinas como algo perjudicial, muchos niños pueden aprender con ellas a coger buenos hábitos sobre los que poder realizar excepciones.
Fuente: AEPap