En el gusto confluyen varios factores, desde la genética hasta las costumbres culturales y las experiencias más o menos agradables en el estreno de sabores. Cuando el paladar se habitúa a un sabor dulce, se tiende a ingerir a menudo galletas, bollería, pan, caramelos...
La mente suele asociar el sabor dulce con el placer, debido a que es el primer sabor que experimentamos tras el nacimiento. Las investigaciones hablan de un tipo de adicción por los carbohidratos. En realidad se trata de un desequilibrio hormonal y neuroquímico que altera la capacidad del cuerpo para producir serotonina, una hormona vital en el bienestar. La persona que lo padece trata de compensar su estado anímico tomando azúcar.